Cien en la mano

No es maná del cielo lo que cae,
a principios de enero por la tarde

No es la paz firmada, el titular,
del diario en la puerta del solar

No es el amor de los novios, el beso,
ni el abrazo la paciencia, ni los odios

Ni un florero que excusa libertad,
el pueblo que empieza a gritar

No son las campanas secas y rotas,
que blanden contra el suelo sordas

No son nubes negras emigrantes,
las columnas de humo errantes

No es la voz de mando del agente,
el compás de la guardia que muere

Ni el cañonazo contra el portón
la entrada en paz, sin ton ni son

No es la patria boba que renace
La muerte de ésta que se muere

No es la condena del proverbio
El olvido, la clase de historia

No es la gente que va sin rumbo,
los desahuciados del León

Ni la gente que viene huyendo,
los desahuciados de Simón

No son los gritos del recreo,
los arrullos del pichón mostrenco

Ni las sombras del desierto del sol,
los reflejos del pasado del polvo

Es la muerte que no perdona
la vida que se roba

El pájaro volando
Cien en la mano

1 comentario:

Anónimo dijo...

el rayo ke cae en el buen árbol que acobija...