De Nobeles y noveles

En aquel salón de clases la profesora nos preguntaba con tono divertido si sabíamos por qué el Nobel no lo otorgan nunca en matemáticas[1]; ellos reciben un premio no periódico paralelo: la Medalla Phillips, como también medallas del ICM. Más corchados que en cualquier parcial, ella, tal vez recién enterada del chisme, se desahogó y nos contó como Alfred Nobel no instituye el premio en matemáticas pues su prometida o novia le había rechazado por serle infiel con un matemático. Y la gente me mira horrible cuando digo que la cama gobierna este mundo.

Mi país es una aldea pequeña en la esquina superior de Suramérica, es como esas lindas casas de campo con una alberca, laguito, nacimiento y dos hermosos antejardines con materas de barro colgando de las vigas.  Y hasta ahí llega la belleza. Contamos con puestos de privilegio en las peores estadísticas humanas del planeta, nos matamos a garrote y bala todos los días, huimos de nuestros campos, de nuestro país, nos decimos felices cuando somos pusilánimes inconscientes. Es atroz cómo nuestra vida es un circo para los medios de comunicación y aún más atroz cómo no nos importa. La gente repite mantras de negación para parecer inteligentes: "Que nos dejen trabajar en paz", la versión criolla de las bumper sticks reza "Aquí no hablamos de la situación, estamos bien y mejorando", no votamos en elecciones porque siempre ganan los mismos y no nos damos cuenta que así, le dimos la espalda a nuestro país.

Pero eso no importa. Si la televisión dice que hay que marchar, marchamos; que hay que llorar a Garzón, lo lloramos; que Uribe necesita apoyo en UNASUR, lo apoyamos como si fuera final de FIFA; que hay que ver fútbol, no hay otro deporte nacional; que se acabaron los paracos, se acabaron; que no hay conflicto armado, no lo hay; que somos felices, y llegamos al Top5 de felicidad en el mundo. Últimamente decían que la nominación al Nobel de Piedad Córdoba era poco más que un disparate, tal vez; la nominación del presidente habría sido otra situación divertida, igual de disparatada, porque en Colombia ninguno hacemos nada para mejorar esto: una economía mantenida por el exilio de millones de paisanos.

No merecemos la postulación a nada más que a las horribles estadísticas humanas que ya abanderamos.



[1] No quiere decir esto a matemáticos. Pues veo veniros lanza en ristre a defender a Nash. Es en el área de las matemáticas, no de sus aplicaciones en física, economía, literatura, etc.