con semáforos y pasos cebra
con pisadas sin pausa
con limosnas en la ventana
Traigo un bolso lleno de espinas
el recibo rojo de codensa
de postre aquella duda
esconde una nena enamorada
Los taxistas ya no silban
a mi paso ni me importa,
los buses no llevan nada
mas que este peso que es mi cuerpo
la noche regala caricias
me da besos que ya no sobran
tengo fresas sin mermelada
me desvisto pero me acuesto
Y a la mañana siguiente
un sueño atado en la muñeca,
la prisa corre por mis piernas
y me citan amigos que olvidan
que lloro en las esquinas
A LM
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