De poetas y asesinos

"el asesino sabe más de amor que el poeta"
siete crisantemos

cuando las balas se incrustan
en el higado como las espinas
atraviesan los dedos largos
de tu mano entumida
en el gatillo y la muerte rima
con los versos salpicados
de las vocales malditas
de la última linea que jadea
y se niega a expirar
en un ripio
de más.
Así se entregan sufragios
y se olvidan coronas, se reza
por los muertos, por los viejos
y los jóvenes, por las madres,
por los padres; como si la palabra
de un sacerdote fuera una píldora
del día después y Billy no se burlara
de los goods that died young
y no intuyéramos una verdad
a medias entre tantas mentiras
sueltas, así también se puede matar,
así también sé matar
también sé matar:
filosos amores
culpas estrechas
caderas ajenas
balas de plata
y sufragios con claveles
rojos como comensales
de este funeral sin muerto
de esta despedida sin hasta luego

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