empleada fugitiva del adriático

“por aquello de escapar – nos”


huía entre el tráfico 
de la calle de la fatiga
huía de las luces perezosas, 
de los claxon sin sentido 
huía de las nubes negras
de los taxistas con ceguera
de la mano que se niega a soltar
de las anclas de los muelles
huía sin pedir permiso de las creencias del ateo
en el cielo envidian los amores del ingenuo.
el destino es un punto suspensivo
acaso podria ser el mio ;
la huída, si contigo, un punto seguido
la eternidad dos labios cerrados
la libertad tu beso en el holocausto

A ti

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