Este el el título de un ensayo de Jorge Luis Borges publicado junto a muchos más en el libro Otras Inquisiciones. Su ejemplar forma de escribir, tan cargada de figuras y atajos no es lo que más me ha llamado la atención; sus temas son, en cambio, intrigantes y apasionantes. Voy a copiar partes de dicho ensayo sobre el espejo de los enigmas. Por tanto, casi no hay nada de Borges. Tómenlo como una invitación, lo más probable es salir embriagados.
En el ensayo se detallan los siguientes fragmentos de la obra de Leon Bloy, previa transcripción en el idioma original del versiculo I, Corintios, 13, 12.*
“La sentencia de San Pablo: Videmus nunc per speculum in aenigmate sería una claraboya para sumergirse en el Abismo verdadero, que es el alma del hombre. La aterradora inmensidad de los abismos del firmamento es una ilusión, un reflejo exterior de nuestros abismos, percibidos en ‘un espejo’. Debemos invertir nuestros ojos y ejercer una astronomía sublime en el infinito de nuestros corazones, por los que Dios quiso morir. Si vemos la Vía Láctea, es porque existe verdaderamente en nuestra alma.”
“Recuerdo una de mis ideas más antiguas. El Zar es el jefe y el padre espiritual de ciento cincuenta millones de hombres. Atroz responsabilidad que sólo es aparente. Quizá no es responsable, ante Dios, sino de unos pocos seres humanos. Si los pobres de su imperio están oprimidos durante su reinado, si de ese reinado resultan catástrofes inmensas, ¿quién sabe si el sirviente encargado de lustrarle las botas no es el verdadero y sólo culpable? En las disposiciones misteriosas de la Profundidad, ¿quién es de veras Zar, quién es rey, quién puede jactarse de ser un mero sirviente?.”
“Todo es símbolo, hasta el dolor más desgarrador. Somos durmientes que gritan en el sueño. No sabemos si tal cosa que nos aflige no es el principio secreto de nuestra alegría ulterior. Vemos ahora, afirma San Pablo, per speculum in aenigmate, literalmente: en enigma por medio de un espejo y no veremos de otro modo hasta el advenimiento de Aquel que está todo en llamas y que debe enseñarnos todas las cosas”.
“Per speculum in aenigmate, dice San Pablo. Vemos todas las cosas al revés. Cuando creemos dar, recibimos, etc. Entonces (me dice una querida alma angustiada) nosotros estamos en el cielo y Dios sufre en la tierra.”
“Aterradora idea de Juana, acerca del texto Per speculum. Los goces de este mundo serían los tormentos del infierno, vistos al revés, en un espejo."
“Cada hombre está en la tierra para simbolizar algo que ignora y para realizar una partícula, o una montaña, de los materiales invisibles que servirán para edificar la Ciudad de Dios.”
“No hay en la tierra un ser humano capaz de declarar quién es, con certidumbre. Nadie sabe qué ha venido a hacer a este mundo, a qué corresponden sus actos, sus sentimientos, sus ideas, ni cuál es su nombre verdadero, su imperecedero Nombre en el registro de la Luz... La historia es un inmenso texto litúrgico donde las iotas y los puntos no valen menos que los versículos o capítulos íntegros, pero la importancia de unos y de otros es indeterminable y está profundamente escondida.”
Estos fragmentos, venidos de distintos libros y fechas, son el motivante del ensayo de Borges; el espejo de los enigmas. Lo más curioso, para mi, son las conclusiones a las que llega Borges y un magnificentísimo ejemplo que las apoya.
"Es dudoso que el mundo tenga sentido; es más dudoso aún que tenga doble y triple sentido, observará el incrédulo. Yo entiendo que así es; pero entiendo que el mundo jeroglífico postulado por Bloy es el que más conviene a la dignidad del Dios intelectual de los teólogos."
Este Dios intelectual podría ser el dios de los que profesan una Fe crítica, inquiteta en laberintos milenarios, ávida de fundamentos. Un dios omnisciente, o acaso no; hay que dejar siempre, un espacio para el reflejo.
"(nota al pie) ¿Qué es una inteligencia infinita?, indagará tal vez el lector. No hay teólogo que no la defina; yo prefiero un ejemplo. Los pasos que da un hombre, desde el día de su nacimiento basta el de su muerte, dibujan en el tiempo una inconcebible figura. La Inteligencia Divina intuye esa figura inmediatamente, como la de los hombres un triángulo. Esa figura (acaso) tiene su determinada función en la economía del universo."
Con esto los dejo por ahora. Es una invitación, pues he omitido todo lo que Borges dice y concluye de cada reflejo. Mi apuesta: un interrogante.
*El enlace no lleva aningun lado digno de leer, recomiendo una biblia, ojalá una muy fiel al lenguaje original.
1 comentario:
Yo me atrevo a juzgarlos verosímiles, y acaso inevitables dentro de la doctrina cristiana. Bloy (lo repito) no hizo otra cosa que aplicar a la Creación entera el método que los cabalistas judíos aplicaron a la Escritura. Estos pensaron que una obra dictada por el Espíritu Santo era un texto absoluto: vale decir un texto donde la colaboración del azar es calculable en cero.
Todo un ensayo maravilloso
Abrazos
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